Pobre balance tras sus estrenos como S.A.

Sábado 24 de septiembre de2005

Palestino, Magallanes, Copiapó y Santiago Morning arrojan, sin excepción, cifras en "rojo". Y las soluciones van desde aperturas en la bolsa hasta proyectos inmobiliarios.

Parecía ser la panacea. Pero la realidad es otra. Los cuatro clubes de fútbol que se transformaron en sí mismos en sociedades anónimas (S.A.) arrojan cifras negativas desde que adoptaron este nuevo "apellido".
Deportes Copiapó es quizás el ejemplo más patente, dada la escasez de recursos y el poco apoyo del empresariado local.
El gerente general, Christian Astudillo, cuenta que a esto ha contribuído el bajísimo nivel de asistencia en los partidos, cercano a las 500 personas. "El habernos transformado en sociedad anónima no ha representado ningún cambio positivo para Deportes Copiapó. Desde que quebró Regional Atacama, el primer año fue bueno, pero ya los siguientes han ido de mal en peor", dice el ejecutivo.
Anualmente pierden unos $100 millones, cifra que se incrementa en cada temporada debido a los diversos costos que debe afrontar la institución. Para mitigar en algo los problemas, el club puso a la venta 1.200 acciones a $40.000 cada una. "Una vez que la S.A. cerrada pase a abierta -proceso que está en manos de los abogados y que se debería concretar en diciembre próximo- bajará el valor de la acción y aumentará la cantidad de acciones, lo que nos dará mayores ingresos", explica Astudillo.

Bajas asistencias
La situación de Santiago Morning -que existe como S.A. desde el 1 de enero de 2005- es similar. Según su vicepresidente, Luis Faúndez, el club tiene un déficit anual de $250 millones, que han sido aportados principalmente por los socios accionistas, debido a que las recaudaciones reportan muy poco dinero (como promedio, 300 personas, que dejan cerca de $400 mil).
Para solucionar esto, el club apuesta por la venta de uno o dos jugadores durante lo que resta del año. Además, existe un proyecto inmobiliario en el que está evaluando la construcción de un estadio propio. A juicio del ejecutivo, la idea es abrir la sociedad anónima hacia fin de año, y poner el 30% ó 40% de la propiedad en la bolsa.
El balance en Palestino no es mejor. Si bien este año la directiva encabezada por Darío Calderón se ha ajustado al presupuesto, los ingresos están en el 50% de la proyección inicial. De hecho, éstos no superan el 30% de los costos, debido a que las recaudaciones apenas llegan a $10 millones en promedio.
Cada mes se gastan $72 millones: $16 millones en administración, $14 en el área técnica, $16 en cadetes y el resto en el plantel. Sin embargo, actualmente están analizando la posibilidad de construir un estadio en conjunto con Audax Italiano y Magallanes. Según cuenta Calderón, ya están en conversaciones con el Ministerio de la Vivienda, y la situación se definiría el 20 de octubre próximo.
En Magallanes, su vicepresidente, Fernando Carlín, asegura que la transformación en sociedad anónima permitió ordenar el club -pagar sueldos puntualmente y ofrecer traslados con comodidad para el equipo-, lo que incide en que exista ambición por parte de los futbolistas por pertenecer a la institución, y en que puedan llegar refuerzos de nivel.

Problema estructural
Sin embargo, para el ejecutivo, en la industria del fútbol no están dadas las condiciones para que las sociedades anónimas puedan ser rentables. "Esto se debe a que esta tremenda transformación del fútbol chileno requiere de una voluntad política de proporciones. Significa, por ejemplo, entregarle los estadios a las S.A. para que ellas inviertan y puedan establecer recintos deportivos de primer nivel, cómodos y atractivos para que la gente vuelva al estadio. Y, además, la estructuración de los campeonatos, de la televisión y la sponsorización debe tender a una administración profesional", asegura.

Por Daniel Canala-Echevarría S. / El Mercurio