Magallanes S.A. (1999)

Martes 26 de Octubre de 1999

Uno de los clubes fundadores y más emblemáticos del fútbol profesional será traspasado a un grupo de inversionistas privados, donde se proyecta un progresivo desarrollo institucional y deportivo que dejaría a la tradicional Academia nuevamente entre los poderosos.

Aunque el actual escenario deportivo es más que delicado-el equipo está sólo a cinco puntos del colista del torneo de Segunda División-, el futuro del Club Deportivo Magallanes asoma como uno de los más esperanzadores dentro de las entidades que constituyen el fútbol profesional chileno.
Un grupo de inversionistas privados se haría cargo a corto plazo de la gestión económica y deportiva de la institución -la única condición es que esta temporada no pierda la categoría-, una vez que la actual directiva haga efectivo el traspaso administrativo para lo cual ya dio su autorización.
La idea comenzó a tomar fuerza a partir de agosto pasado cuando la actual dirigencia magallánica -presidida por Rubén Acuña- recibió la oferta de los representantes que, luego de un análisis del actual mercado de clubes profesionales, concluyó que la entidad albiceleste se prestaba -por posicionamiento, imagen, tradición y estado financiero- para concretar un proyecto de inversión con un plazo no inferior a cinco años.
El programa presentado a la directiva del club tenía como objetivo la inyección de millonarios recursos a través de la conformación de una sociedad anónima de carácter cerrado, en un principio, una vez que el reordenamiento jurídico posibilitara el traspaso de la gestión administrativa, económica y deportiva del club a un equipo de profesionales encabezados por un presidente ejecutivo. A cambio, Magallanes debía ceder el nombre, la imagen y los derechos federativos y comerciales a sus nuevos propietarios, teniendo los actuales (1800 inscritos, no más de 200 al día) derecho a adquirir un porcentaje no mayor del 15 por ciento de las acciones.
Atendiendo el difícil momento institucional y las nulas opciones de aplicar un sistema sustentable de crecimiento, el directorio de Magallanes aceptó el ofrecimiento, con la condición de tomarse un plazo para ejecutar un ordenamiento jurídico-estatutario (para lo cual solicitaron asesoría a la presidente honoraria del club, la Ministra de Justicia Soledad Alvear) y también financiero.
La Academia demostró ser un club prácticamente saneado, teniendo en la actualidad pendientes cinco juicios laborales (con los jugadores Lester Dwingelo y Fabián Muñoz y los técnicos Juan Machuca, Luis Larraín y Luis Sánchez), que en el peor de los casos le significaría cancelar 20 millones de pesos, más otras deudas con particulares que podrían ser reinvertidas en la nueva sociedad anónima cerrada.
Aunque la directiva albiceleste hace algunas semanas aprobó el traspaso (tiene atribuciones estatutarias para hacerlo), se está a la espera de finiquitar trámites legales para realizar una asamblea de socios donde se realizará una consulta final en la que se expondrá el actual escenario deportivo y económico. "Razón más que suficiente para aprobar este proyecto", afirma el timonel Rubén Acuña.
Plan que de cumplirse los objetivos supondría una inversión inicial de tres millones de dólares destinados principalmente a las divisiones inferiores -nicho donde los nuevos propietarios esperan recuperar el monto entregado a través de la formación y transferencia de jugadores-, la consolidación de Magallanes en la comuna de Maipú, la adquisición de terrenos para edificar un complejo deportivo y el regreso a Primera División en un plazo de cuatro temporadas.

Por Hugo Marcone-El Mercurio